En los estertores (esperemos que así sea) de la pandemia mundial Covid-19, somos muchos los que nos estábamos quedando ya sin oxígeno a apenas dos brazadas de la orilla. Se habla de un hastío generalizado, la llamada fatiga pandémica representada por la ya claudicante mascarilla, recordatorio perenne de que algo sigue sin estar bien delSigue leyendo «Un año de teletrabajo forzoso»